LA LUCHA CONSTANTE DEL ESTIGMA
El Virus de la Inmunodeficiencia Humana (VIH) es para muchos, una sentencia de muerte, y romper los prejuicios sigue siendo un camino sin pronto final.

Yamir Ali es un activista social que busca que el VIH y las ETS dejen de ser un tabú en la sociedad. Por ello fundó “Positivos de Corazón”, una organización sin fines de lucro que, mediante el arte y la actuación, brinda ayuda a jóvenes, adolescentes y adultos con VIH a sentirse seguros sobre si mismos.
-¿Cómo fue recibir los resultados de tu diagnostico?
Un conjunto de emociones, yo fui inicialmente a la clínica para realizarme análisis previos a mi operación del Virus del Papiloma Humano, y bueno, en uno de eso salió positivo al VIH. Tenía solo 16 años, aun seguía en el colegio así que mi madre me acompañó. Cuando el doctor nos dijo que yo era seropositivo sentí que todo el mundo se me derrumbaba, con mi poco conocimiento sobre ser seropositivo, sentí que recibí una sentencia de muerte.
-¿Cuál fue la reacción de tu madre al recibir esta noticia?
Mi madre estaba desconcertada, yo nunca le había dicho nada sobre mi orientación sexual y para ella fue abrumador. Se acababa de enterar que su hijo no solo era homosexual sino que además, tenía VIH. Para ella fue difícil entender y comprender todo lo que se venía para nuestra familia, a parte que ella tenía muchos prejuicios sobre la enfermedad.
-¿Y qué pasó después?
Todo se fue en picada. Caí en depresión y tuve varios intentos de suicidio, fue complicado sobrellevar mi diagnóstico. Con el tiempo y con la información que fui adquiriendo empecé a comprender que el VIH es solo una condición, como la diabetes, la única diferencia es que tenemos una enorme carga social y estamos sometidos a vivir señalados como personas promiscuas u otros adjetivos porque la enfermedad esta relacionada con la actividad sexual.
-¿Crees que tu vida habría sido diferente si en tu institución educativa te hubieran enseñado sobre educación sexual?
Claro, cuando yo estuve en el colegio nunca recibí una charla de Educación Sexual, vengo de un colegio religioso donde hablar de “sexo” estaba prohibido. Como te digo, es una lucha constante, porque antes de enterarme de mi diagnóstico ya era juzgado por mi orientación sexual y con el VIH, imagínate.
-A pesar de todo ello, decidiste ayudar a los demás y fundaste tu organización ¿Qué significa para ti “´Positivo de corazón”?
Este colectivo es un espacio de y para jóvenes. Nosotros mediante el arte y la educación buscamos más que informar, educar a las personas sobre la responsabilidad que conlleva tener una vida sexual. Este proyecto cobra más importancia, pues en los últimos años la cantidad de casos de VIH+ entre adolescentes de 15 a 19 años, es alarmante esto me hace cuestionar sobre qué está pasando con la educación y por qué no se deja de lado a la Educación Sexual Integral en las aulas.
-¿Qué hace el Ministerio de Educación (Minedu) en conjunto con el Ministerios de Salud (MINSA) para apoyar a estos jóvenes?
Existe un Guía de Educación Sexual Integral para los colegios, pero lamentablemente en las instituciones esta no se aplica, la razón principal es el conservadorismo de los padres, quienes regularon los temas de los ETS en la malla curricular. Los padres creen que es una ideología de género que se les quiere imponer a los jóvenes y no es así, debemos romper las brechas generacionales brindándoles las herramientas necesarias para conocer su cuerpo y decidir sobre el.
El Estado debe involucrarse más en temas de Educación Sexual Integral. Además, es necesario hacer alianzas entre la UGEL con organizaciones como la nuestra, para ayudarles con la difusión de información sobre ETS.
-Cómo organización, ¿Han intentado llegar a instituciones para concientizar a los jóvenes sobre las ETS?
Si, hace algunos meses quisimos ingresar al colegio “Fanny” de Jesús María para hablar solo del VIH y ETS pero no nos dejaron, dijeron que estábamos promoviendo las relaciones sexuales. Me indigné, porque los jóvenes ya tienen una vida sexual, no se puede obligar a nadie, pero si se debe orientar e informar a las personas para que tomen las decisiones correctas.
-¿Qué es el proyecto “La fiesta de la VIHda” y qué impacto tuvo?
Quisimos llevar la educación sexual a aquellos lugar donde las las ETS es un problema alarmante y todos lo saben, pero nadie se anima a hablar. Estuvimos viajando a Pucallpa e Iquitos, felizmente la acogida fue positiva ya que era un proyecto innovador. Muchas de las madres y personas mayores querían que las funciones se repitan, quizás el arte sea una forma de eficaz para concientizar, si funciona, seguimos viendo cambios positivos.
-¿Crees que algún día lleguemos a hablar tranquilamente sobre el VIH con los escolares?
Creo que si, como yo, muchas personas están haciendo activismo para cambiar los prejuicios. Cuidar a nuestros escolares es tarea de todos y para esto, debemos empezar a deconstruirnos, cada adulto tiene el deber de enseñarles las responsabilidades que implica tener sexo. La educación sexual es un derecho y nadie nos lo puede quitar.
Patricia Rodriguez Díaz